LA RADIO

jueves, 31 de mayo de 2012

RADIO Y PARTICIPACIÓN

Sólo es necesario, para estar en el mundo y ser buen ciudadano, el estar conectado a los medios. En nuestras sociedades el estar informado es participar. Si bien los medios en general, y la radio en particular, generan una ficción de particiáción, abren también espacios de interpelación que los canales políticos no ofrecen. 


La participación directa de los oyentes en los programas de radio hace posible que los oyentes intervengan en el contenido de los programas de radio. Puede definirse como una técnica de producción de contenidos que utilizan los profesionales de la radio para facilitar el diálogo con la audiencia y el intercambio provisional entre los roles de emisor y receptor. En algunos casos, adoptan funciones discursivas y técnicas de presentación muy delimitadas, llegando a constituirse en modelos de representación reconocidos tanto por profesionales como por oyentes. Es el caso de los concursos o de los consultorios, que no se entienden como géneros radiofónicos sin esa participación directa de los oyentes.

En la actualidad -debido a las mismas características de la radio como un medio esencialmente participativo - se trata de una de las posibilidades más extendidas en la mayor parte de los modelos radiofónicos occidentales. El español no es una excepción.

martes, 29 de mayo de 2012

INTRODUCCIÓN

La radio fue creada muchos años atrás cuando nace la necesidad de comunicarse a cualquier parte del continente. Sus antecedentes se remontan al siglo XIX cuando la sociedad crecía y era necesario crear un medio de comunicación.


HISTORIA DE LA RADIO EN COLOMBIA


El investigador Reynaldo Pareja en su libro "Historia de la Radio en Colombia" uno de los mejores de su clase, destaca los siguientes aspectos generales de interés:
La Radiodifusion fue introducida en el país por iniciativa de los radioaficionados, quienes desde 1923, trajeron los primeros receptores-transmisores de baja potencia.
Antes de fundar las primeras radiodifusoras, era preciso que el país desarrollara una infraestructura de comunicacion inalambrica, la cual se inició en 1915 con los servicios de radiotelegrafia de la empresa Marconi Wireless Co., considerada como el monopolio mundial de la radio, estableciéndose en el país a través de la concesión de explotacion absoluta durante 20 años por el gobierno del General Ospina.
El Gobierno se percató de la necesidad de montar una radiodifusora que le permitiera tener una voz oficial, por eso, solicitó en 1924 los primeros equipos de onda larga de 1Kw. de potencia a la empresa Telefunken, pero dichos equipos, llegaron de manera tardía en el año de 1929. Este año marcó el nacimiento oficial de la radiodifusion colombiana, aunque hubo que esperar dos años para que su introducción definitiva fuera irreversible.
El Presidente Miguel Abadia Mendez, inauguró la primera radiodifusora del país, la HJN (Más tarde la Radiodifusora Nacional) el 7 de agosto de 1929. A los cuatro meses apareció la primera estacion privada (el 8 de diciembre de 1929) con un pequeño equipo de 15 W. y la sigla de identificación HKD, cuyo nombre más tarde sería "La Voz de Barranquilla".
La primera emisora de carácter comercial fue fundada en enero de 1930 con la sigla HKF "Colombian Radio and Electric Corporation", a la cual le siguieron otras cinco emisoras comerciales. Todas éstas de carácter experimental porque las condiciones legales hacían casi imposible el establecimiento de una emisora comercial, hasta que en 1931 se hizo una reglamentacion que abrió las puertas a esta modalidad.

Las primeras emisiones públicas de radio tienen lugar por primera vez en el año de 1912, a raíz de la proliferación de señales de radio provenientes, en especial, del transporte marítimo y de las estaciones terrestres de comunicación. Muchos teóricos dicen que la radio pública se originó como consecuencia de las enormes dificultades de comunicación evidenciadas durante el hundimiento del Titanic (12 de abril de 1912), ya que éste trató de comunicarse durante tres días sin lograr una respuesta eficaz de las embarcaciones o puertos cercanos, haciendo que, una vez ocurrida la tragedia, se crearan ciertas reglas de emisión radiofónica para cada país, todo ello con el fin de lograr un sistema de comunicaciones más eficiente.